viernes, 20 de febrero de 2009

FOTOS DE TIERRA SANTA 2

QUMRÁN: TIERRA DE LOS ESENIOS, DONDE SE HALLARON LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO.

En 1947 el pastor beduino Mohamed Ebid estaba buscando una cabra perdida en una colina del sector occidental del Mar Muerto cuando se encontró con el agujero de una cueva. Temiendo que su cabra hubiese caído allí, arrojó una piedra para calcular la profundidad del hueco. Oyó el ruido de algo que se rompía, se asustó y se fue. Al día siguiente regresó en compañía de su primo para explorar la gruta. Allí encontraron ocho vasijas de barro, una de ellas rota, que contenían rollos de cuero prolijamente atados, y algunos de cobre. Desilusionados porque en las jarras no hallaron ni una moneda de oro, y sin sospechar que habían hecho el descubrimiento arqueológico más importante del siglo, los pastores decidieron llevarse los rollos para tratar de venderlos.

Los rollos del Mar Muerto



Los rollos pasaron por varias manos y hoy, ya traducidos del griego antiguo en que estaban escritos, se conservan en el Santuario del Libro de Jerusalén: son los mundialmente famosos Rollos del Mar Muerto que datan, según se ha podido comprobar científicamente, del siglo I de nuestra era.

(Réplicas de las vasijas, exhibidas en Qumrán)


Ateniéndonos a los historiadores Flavio Josefo (imágen de la derecha) y Plinio, los rollos fueron escritos por los Esenios, miembros de una secta religiosa judía que repudiaba la corrupción y los hábitos hipócritas de los sacerdotes de Jerusalén y se fueron al desierto, donde llevaron una vida de oración, de estudio y de meditación. En su intención de apartarse del mundo para no contaminarse se instalaron en Qumrán alrededor del siglo I antes de Cristo. En el año 31 de nuestra era abandonaron Qumrán porque un terremoto destruyó sus instalaciones. Treinta años después la secta retornó al lugar, reconstruyó los modestos edificios y erigió una fortaleza para protegerse. En el año 68 de nuestra era los esenios fueron masacrados por las legiones romanas al mando del futuro emperador del Imperio Tito Flavio, que se dirigían a Jerusalén para reprimir la rebelión judía.

Al acercarse las legiones romanas, los esenios ocultaron en grutas casi inaccesibles lo que más valoraban, sus libros, escritos en cuero o pergamino (unos pocos en láminas de cobre) durante años de paciente trabajo de traducción y trasncripción.

Durante dos mil años esos rollos permanecieron ocultos bajo las arenas del desierto, hasta que el pastor mencionado arriba los encontró por azar. Actualmente se están realizando en el lugar trabajos arqueológicos y ya han quedado descubiertas gran cantidad de ruinas de lo que fue ese antiguo asentamiento. Habitaciones, un escritorio que todavía conserva su mesa de trabajo tallada en piedra caliza y la piscina para sus baños rituales de purificación, restos de una cisterna que recolectaba aguas de lluvia, etc.

De las traducciones realizadas surge que entre los rollos se halla completo el Antiguo Testamento, con excepción del Libro de Esther.



Aquí estoy yo, observando los trabajos arqueológicos (o posando para una foto, como lo prefieran)





Una vista del desierto de Judea, en cercanías del Mar Muerto. Un lugar realmente desolado y salvaje que invita a reflexionar sobre los orígenes de las tres grandes religiones monoteístas, partiendo del profeta Elías, quien derrotó al paganismo. "Yo soy la voz que predica en el desierto: allanadle el camino al Señor". Isaías






Ruinas de lo que fue la fortaleza de los esenios. Todo esto estaba cubierto por las arenas acumuladas durante dos mil años.





Otra vista de las colinas del desierto de Qumrán que todavía esconden secretos milenarios. Existe la hipótesis de que Juan el Bautista estuvo un tiempo conviviendo con los esenios. Hay quienes suponen que también Jesús de Nazaret pudo haber pasado por esa comunidad. Los estudios arqueológicos tal vez develarán estos y otros misterios apasionantes.



En una de estas cuevas, probablemente la que se observa a la derecha, el beduino Abid arrojó la piedra que rompió accidentalmente una de las vasijas de barro que contenían los valiosos rollos del Mar Muerto.



El Mar Muerto, el punto geográfico más bajo de la Tierra, puesto que se halla a trescientos metros bajo el nivel del mar. En pleno invierno el clima es cálido y los peregrinos se bañan en sus aguas templadas y extremadamente salitrosas y mineralizadas. Es tal la densidad del agua que una persona flota con solo acostarse de espaldas sobre su superficie sin necesidad de hacer nlngún movimiento. La presión atmosférica es más alta que la normal por la profundidad. Se atribuyen propiedades curativas a estas aguas y al barro formado en sus orillas.


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